Desde niña crecí rodeada del mundo del skincare. En mi familia siempre estuvo presente la pasión por crear productos para el cuidado de la piel, y eso me permitió aprender de cerca cómo un buen producto puede cambiar la vida de una persona.
Con el tiempo me di cuenta de algo: había miles de niñas y niños que enfrentaban cambios en su piel, pero no encontraban productos pensados especialmente para ellos. Muchos usaban fórmulas de adultos, demasiado fuertes, o soluciones pasajeras que no respetaban la sensibilidad de su piel.
De ahí nació esta marca: con la idea de ofrecer una alternativa natural, segura y diseñada para adolescentes y jóvenes, que no solo cuidara su piel, sino también su autoestima y confianza.
Hoy seguimos creciendo con la misma misión con la que empezamos: ayudar a que cada joven se sienta bien consigo mismo y descubra que cuidar su piel también es una forma de cuidarse por dentro.